Un nuevo psiquiatra ha llegado al Asilo Arkham, el sanatorio mental donde se hayan la mayoría de enemigos de Batman. Se trata del doctor Ben Arnell, y afirma estar capacitado para adentrarse donde nadie que lo haya intentado ha salido indemne: la psique del Joker. Las sesiones de terapia del Dr Arnell con el príncipe payaso del crimen son cada vez más frecuentes y sus seres queridos así como sus compañeros en Arkham, empiezan a pensar que se está implicando demasiado. ¿Será tarde para la integridad de Ben Arnell?
Esta, a grandes rasgos, es la trama que nos propone Jeff Lemire en Joker: Sonrisa asesina. El guionista canadiense goza de la relativa libertad que supone el sello DC Black Label para contarnos una historia que aparentemente no tiene demasiadas pretensiones. Poco dura esta sensación, pues nos muestra hasta que punto es conocedor del personaje del Joker y con ello el relato se vuelve aun más efectivo.

Al dibujo encontramos a Andrea Sorrentino, quien ya hiciera tándem con Lemire en su etapa a cargo de El viejo Logan. Su estilo oscuro y detallado, con especial énfasis en las expresiones de los rostros, potencia el tono psicológico que la trama nos propone. Por no hablar de algunas composiciones de viñetas y splash pages que hacen que este cómic sea más que una historia de lo que antes conocíamos como Otros Mundos. Completa la parte gráfica el color de Jordi Bellaire, y sus cambios de registro distinguiendo entre personajes es otro de los puntos que más se disfruta de esta miniserie.
Así pues, considero que Joker: Sonrisa asesina es un cómic más que recomendable si sois fans del némesis de Batman. Además tiene la peculiaridad de resultar de fácil acceso a lectores neófitos. Esto último es uno de los beneficios de DC Black Label, y desde luego hay que aprovecharlo.
Guion: 8
Dibujo: 8
Nota Cómics y Birras: 8
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