John Constantine se ha pasado prácticamente toda su vida adulta riéndose tanto del cielo como del infierno y sus respectivos habitantes. Algo de lo que se está acordando últimamente, pues ha contraído un cáncer de pulmón terminal y parece ser que se mudará a pasar eternidad. Pero John sabe que por sus actos no le espera el cielo, y en el infierno tiene muchos enemigos. Es el momento de que reclame todos los favores que le deben de una parte y de otra, aparte de usar sus trucos para evitar a la muerte. Aunque por si acaso debería ir despidiéndose de la poca gente a la que aun puede llamar amigos.
Esta es la situación que nos planteó Garth Ennis nada más coger las riendas del mago de Liverpool. Una que asienta la tonalidad fatalista de su extensa etapa. Y desde luego solo el primer arco ya nos ofrece una calidad increíble. Pero lo bueno es como se hilan el resto de historias, muchas de ellas aparentemente cerradas y acabando con un final demoledor. Precisamente es esa la marca de la casa de Ennis.
El guionista de Predicador deja un poco de lado la magia y aborda esa miseria del ser humano que tan bien maneja en sus textos. Aunque que se deje de lado un poco las artes oscuras no quiere decir que seres fantásticos no desfilen por estas páginas. El guionista escocés se llega a valer de vampiros, necrófagos, demonios, ángeles, posesiones demoniacas de la talla de Jack el destripador, sin olvidar al mismísimo Primero de los caídos, también conocido como Satanás.
Este último es personaje recurrente en la etapa de Garth Ennis. No es el único ángel caído que aparece, también está Gabriel, cuya evolución en estas paginas también es de lo mejor de estos números. Aunque no todo iban a ser ángeles y demonios, pues los pocos amigos humanos que le quedan a John Constantine tienen un papel importante. De estos destacaría a Brendan Finn y a Kit Ryan. La última además me robó toda la atención y pienso que John jamás tuvo una relación sentimental igual que con ella.
La parte grafica está perfectamente cubierta a lo largo de estos 51 números y varios especiales. Tenemos a Will Simpson, cuyo trazo sucio le pega muchísimo a los guiones propuestos en esta etapa. Luego tenemos al tristemente fallecido Steve Dillon, habitual colaborador de Ennis. Su estilo macarra ultra expresivo logra transmitir la esencia de Constantine a un nivel increíble. No quisiera olvidarme de las impresionantes portadas de Glenn Fabry, compañero también de Ennis y Dillon en Predicador. Pues Fabry llegó a establecer la que para muchos es la imagen icónica de este cínico mago de Vertigo (DC).
En definitiva, Hellblazer de Garth Ennis es considerada una de las mejores etapas del personaje y, aunque la magia se relegó a un segundo plano, perfiló el carácter definitivo de John Constantine. Como con Hellblazer de Jamie Delano, la manera más fácil de hacerse con estos cómics son los tres volúmenes que reeditó ECC Ediciones.
Guion: 8
Dibujo: 7
Nota Cómics y Birras: 8
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