Hace un tiempo, la mutante Jean Grey fue poseída por la Fuerza Fénix, una entidad cósmica con un poder inconmensurable. Se sirvió de ella para salvar a sus compañeros X-Men y, hasta el momento, la tiene bajo control. Esto podría cambiar con la intervención de Mente Maestra quien, a las ordenes de el llamado Club Fuego Infernal, pretende dominar los poderes de Jean. Lo que no saben es que esto podría desatar un poder aun más temible, y ni siquiera sus amigos estarían a salvo.
Unos años antes de que Chris Claremont escribiera Dios ama, el hombre mata, nos deleitó con una saga que haría historia en la colección de los mutantes. Ésta no sólo sentaría las bases de cara un sinfín de historias y presentó a personajes tan icónicos como Kitty Pryde, Dazzler y Emma Frost (algunas de mis mutantes favoritas); sino que también supuso un duro golpe para los aficionados. Pues ese duro final nos demostró que en los cómics de superhéroes no siempre acaba todo bien.
El dibujo corre a cargo de John Byrne, el cual ilustra de manera espectacular todo el arco. Sus viñetas llegados a cierto punto son una sucesión de escenas deslumbrantes en las que se llega a pensar qué es lo que no puede plasmar Byrne. Pues el diseño de personajes, tramos de acción y portadas son verdaderamente preciosos. Completan la parte gráfica la tinta de Terry Austin, y el color de Bob Sharen y Glynis Wein, los cuales elevan el nivel del arte que aquí contemplamos.
No creo que sorprenda a nadie al decir que La Patrulla-X: La Saga de Fénix Oscura es una de las mejores (si no la mejor) historias de los X-Men y también del cómic en general. Además también es accesible a lectores ajenos. Poco más se puede pedir.
Guion: 9
Dibujo: 9
Nota Cómics y Birras: 9
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