La cruenta batalla en el futuro alternativo contra Goku Black y Zamasu continua. Ambos tienen como objetivo exterminar a toda la humanidad de un plumazo. Son Goku y Vegeta están al límite de sus fuerzas y no consiguen plantarles cara. De repente a Vegeta se le ocurre una idea, una que jamás pensarían que se le fuera ocurrir a él. La fusión mediante Pothala. Una vez realizada, Vegerot, el guerrero resultante de la unión de Goku y Vegeta, parece ser rival para las dos versiones de Zamasu. Lástima que se les haya pasado un pequeño detalle: ellos también tienen Pothala.
Toyotarô se ha encargado de introducir (con luz verde de Akira Toriyama) ciertos aspectos de la trama que la hacen algo más disfrutable. Aun así, el desastre que es esta saga no lo salva ni el propio mangaka por muy buena intención que tenga. Prueba de ello es el enorme deus ex machina (y podéis estar seguros que aquí toma un significado de lo más apropiado) que se marcan para finiquitar al maloso.
Duele también que Vegetto (aquí llamado Vegerot) haga una aparición meramente anecdótica. No tengo claro si fue fanservice o realmente estaba planeado, pero desde luego uno se quedó con las ganas de verlo más de 10 páginas. Si esto lo sumamos a la transformación en Super Saiyan Dios de Vegeta en el volumen anterior y la relativa curiosidad que supone tener un villano con el aspecto de Goku, parece que la saga se haya ideado para cubrir ciertas demandas de fans de Dragon Ball.
Así que como tomo, Dragon Ball Super 4 Última oportunidad para la esperanza no está del todo mal por algunos conceptos. Lamentablemente no es nada que no hayamos visto antes. Y en computo global es la saga más olvidable de todo Dragon Ball. Y sí, incluyo Dragon Ball GT en el saco.
Guion: 4
Dibujo: 6
Nota Cómics y Birras: 5
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