La batalla contra Moro continua en Nuevo Namek, pero Son Goku y Vegeta están al límite de sus fuerzas. De repente, entra se une a la refriega un nuevo aliado para los dos saiyans protectores de la Tierra. Este no es otro que el Monstruo Bu quien, adoptando la conciencia del Gran Kaiôshin latente en su interior, consigue poner contra las cuerdas a su antiguo enemigo, Moro. Aunque todo esto podría cambiar cuando al poderoso enemigo le concedan el ultimo deseo de las bolas de dragón namekianas.
Akira Toriyama nos muestra el plan de Moro, y este es más ambicioso de lo que parecía. De hecho, es algo que hasta el momento no habíamos visto en la serie, al menos no desde que empezó DBZ. Vegeta decide acotar la distancia que le saca Goku desde hace tiempo en cuanto a escala de poder se refiere. De ahí que decida ir al planeta Yadrat, que es donde Kakarot aprendió a usar la Teleportación Instantánea. Desde luego se agradece que vayan nutriendo de esa manera a Vegeta, pues al fin y al cabo es el que siempre le acompaña en las batallas incondicionalmente.
El dibujo de Toyotarô sigue siendo más que competente, aunque en este volumen despunta por varios conceptos. El primero es la manera en la que muestra en movimiento, y como nunca habíamos visto, a Majin Bû/Gran Kaiôshin. Bien es verdad que no hay muchos más momentos de acción que ese, pero desde luego está genial plasmado. Lo segundo es en referencia a los diseños. Pues vemos un par de localizaciones nuevas, aparte de un par de aspectos que sí habíamos visto pero no en cierto personaje.
En definitiva, Dragon Ball Super 11 La gran evasión es un volumen transitorio pero tremendamente interesante, tanto en la parte de la trama como en la gráfica. Hasta ahora la de Moro es una saga que sigue por muy buen rumbo.
Guion: 7
Dibujo: 7
Nota Cómics y Birras: 7
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