La tierra de Midland está plagada de oscuros rincones en los que moran unos seres demoniacos llamados apóstoles camuflados como humanos. Estas aberraciones son aparentemente imbatibles para los simples mortales. Es aquí donde entra en escena Guts, quien blande una espada de proporciones absurdas capaz de segar las vidas de los apóstoles. Pero este guerrero negro tiene una razón personal para esta limpieza demoniaca. Pues su oscuro pasado guarda cierta relación con ellos.
Tanto guion como dibujo corren a cargo del tristemente fallecido Kentaro Miura y ambos campos los cubre magistralmente. Lo digo sobre todo por el dibujo, pues se nota que Miura fue ayudante de Buronson en El Puño de la Estrella del Norte. Su trazo está provisto de detalles heredados de aquel mítico manga, pero sus influencias no solo se quedan en este arte. Pues toma ciertos conceptos de otras obras niponas como La rosa de Versalles de Riyoko Ikeda o La Balada del Viento y los Árboles de Keiko Takemiya.
Todos ellos son perfectamente adaptados y moldeados para una trama que ya apuntaba maneras, pero en este momento sembraba más dudas que las que resolvía. Algo que por otra parte era normal, pues la saga de El guerrero negro no era más que la toma de contacto con el mundo de Berserk. Y este es más rico y complejo de lo que pudiera parecer a simple vista. Todo ello contado de la manera más explícita posible. Ese es otro de los signos distintivos de este manga, lo visceral que puede llegar a ser.
Resumiendo, Berserk. Saga de El guerrero negro es la historia que sienta las bases de este excelente manga. Y aunque ahora que ya he leído toda la obra hasta donde se ha quedado tras la muerte del maestro Miura igual es un arco flojo respecto al resto, en el momento que lo leí aluciné. Desde luego merece muchísimo la pena con lo que vendría inmediatamente después.
Guion: 7
Dibujo: 8
Nota Cómics y Birras: 7
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