Mucho tiempo ha pasado desde la muerte definitiva del Emperador y de la posterior invasión de los Yuuzhan Vong. En la galaxia se ha asentado un largo periodo de paz y los Jedi vuelven a ser los guerreros luminosos al servicio de los indefensos con un nuevo templo como sede. El linaje Skywalker continua siendo importante en el cosmos y, también por su parte, existe un Imperio galáctico con sus propios caballeros versados en La Fuerza. Ambos bandos coexisten en una alianza tensa pero firme. Aunque todo este panorama cambia rápidamente con la vuelta de la Orden Sith más peligrosa, numerosa y poderosa que nunca.
John Ostrander, quien ya nos brindara Las guerras clon y Purga, enmarca esta historia casi 150 años después de la batalla de Yavin. Esto da lugar a que no encontremos a ningún personaje conocido de anteriores entregas. Por el contrario, sí vemos descendientes de estos como es el caso de Cade Skywalker. El descendiente lejano de Luke, poco tiene que ver con éste, pues lo conocemos bastante desentendido de todo lo que tenga que ver con La Fuerza. Y es precisamente esa faceta oportunista (como cazarrecompensas que es) lo que más atractivo encuentro del personaje.

No es lo único cambiado. Pues la situación de poder en la galaxia está más diferente de lo que podríamos esperar. Los imperiales tomaron el trono de Coruscant y entre ellos se encontraban algunos individuos sensibles a La Fuerza, pero rápidamente un grupo de Sith les arrebató ese control. Todo esto nos deja con 3 facciones de seres con control sobre La Fuerza, cada uno con sus propios intereses. O lo que es lo mismo, varios personajes cuyos roles cambian durante la trama dando lugar a algunas situaciones bastante interesantes.
Lamentablemente no todo en el guion es bueno. Pues sigue habiendo ecos a las historias originales de Star Wars que además son poco disimulados. Una especie de Darth Vader (haciendo incluso directamente alusión a ello), un par de hermanos que no saben que lo son con tensión sexual entre ellos, el verdadero villano en la sombra, son algunos de los ejemplos. También tengo la impresión de que la trama se alarga en demasía y tiene un final bastante atropellado a la par que predecible.

Al menos el apartado gráfico se mantiene al mismo nivel durante todo el relato. Uno de los beneficios de contar con Jan Duursema a los dibujos, pues el estilo de esta artista nos ha acompañado a los fans del Universo Expandido en bastantes cómics. Un trazo que aquí se ve más maduro y oscuro que nunca y se adosa perfectamente a esos grises de los que está plagado el relato. Y qué decir de las portadas que nos brinda Duursema. Cada una de ellas me parece más bella que la anterior, y eso que algunas carecen hasta de fondos.
Recogiendo todo lo citado, considero que, aunque Star Wars: Legado tiene ideas y personajes muy interesantes, no llega a aprovechar todo de lo que dispone. Me quedo con lo que más me gusta de esta colección: la intención que tiene de difuminar a héroes y villanos. Algo que está tan presente e insistentemente recalcado en muchas películas así como también algún cómic, aquí simplemente se fusila, y eso siempre es bueno.
Guion: 6
Dibujo: 8
Nota Cómics y Birras: 7
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