A finales de los años 90, las llamas de la guerra atómica han devorado el mundo. Puesto que la Tierra fue destruida, la humanidad se ha sumido en una espiral de violencia sin sentido. Ante toda esta vorágine de brutalidad aparece un hombre con siete cicatrices en el pecho. Se hace llamar Kenshirô y es maestro del Hokuto Shinken, arte marcial asesino definitivo. Blandiendo semejante poder se enfrenta a cuanta cruel injusticia ocurre en estos páramos desolados. Pero Ken tendrá que estar alerta, pues no es el único maestro de artes marciales destructivas que puebla la Tierra, y no todos tienen buenas intenciones.
Esta es la historia que nos propone Buronson, una de brutales artes marciales enmarcada en un erial post guerra nuclear. De entrada, tiene todos los elementos para que me encante, pero también es verdad que mantener el nivel a lo largo de 18 volúmenes (en el caso de la ultima edición) es complicado. No en vano, aunque el ritmo de Buronson es habitualmente vertiginoso, hay momentos de calma u otros algo más intrascendentes.
Afortunadamente, el trasfondo creado para Hokuto No Ken es magnífico, aunque a algunos de entrada pueda parecerles simple. Pues no solo tenemos las típicas tribus que pueblan el paramo, muy al estilo de Mad Max, sino que las artes marciales y el misticismo que muchas veces les rodea tienen un peso capital en la trama. De esta manera vemos las disciplinas de combate brutal rivales del Hokuto Shinken como el Nanto Seiken, el Taizan Tenroken o el Gento Kôken. Todo esto consigue que la ensalada de hostias que es la aventura de Kenshiro (que ojo, a mí ya me vale) tenga más profundidad de la que pueda parecer.
Tampoco quedan atrás la enorme caterva de personajes que nos van presentando a lo largo del manga. Al margen del protagonista absoluto de la obra, Kenshiro. Tenemos a sus eternas e infantes (aunque luego crecen) comparsas, Lin y Bat. A Yulia, el amor de Ken y el motor del primer arco puesto que la tiene apresada su antiguo amigo Shin. Toki y Raoh, también conocido como Ken-Oh, antiguos compañeros de entrenamiento y poderosos rivales. Habría muchísimos más aliados y rivales, pues la obra es extensa, pero quizás los citados sean los más relevantes.
Centrándome ahora en el dibujo, otro de los puntos fuertes de El Puño de la Estrella del Norte, no puedo sino elogiar la gran labor de Tetsuo Hara. Pues el mangaka consigue insuflar una energía en sus viñetas brutal. Esto se refleja tanto en la anatomía de los personajes, en muchas ocasiones desmedida pero que jamás llega a desentonar, como también en lo visceral de la acción, llena de desmembramientos, roturas de extremidades, explosiones sanguinolentas y un sinfín de casquería. Todo esto mostrando unas escenas de batalla colosales en las que siempre tenemos clara la dinámica de cada contrincante.
No en vano, el arte de Hara no se queda únicamente en tipos musculosos y malcarados dándose unas piñas brutales, sino que los escenarios también son de un arte abrumador. Aquí también colaboró bien entrada la colección Kentaro Miura, a quien todos los entusiastas del manga conocemos por Berserk. En Hokuto No Ken, Miura no tuvo más labor que la de rematar ciertos detalles de la tinta y algún fondo, pero le sirvió para consolidar su arte, así que hay que agradecerle eso también a esta obra.
Resumiendo, El Puño de la Estrella del Norte es un mítico manga de artes marciales que no debería faltar entre los fanáticos de éstas. Bien es verdad que tiene algunos altibajos en lo que respecta al ritmo y que podría haber acabado llegado cierto punto la trama y esta se estira demasiado después, pero si se consigue obviar esto es maravillosa. Todo esto presentado en una edición que Planeta Cómic ha cuidado muchísimo llegando a añadir paginas soberbias a color entre otros extras.
Guion: 7
Dibujo: 9
Nota Cómics y Birras: 8
Discusión sobre esto post