Kenji Endō es el dependiente de un supermercado familiar en Tokyo. Su hermana, Kiriko, desapareció misteriosamente y Kenji se hace cargo de la hija de aquella, Kanna. Un día Kenji es notificado de la muerte de un amigo de la infancia, Donkey. Al reunirse con el resto de compañeros se da cuenta del resto de amigos que tristemente también fallecieron y las similitudes con el que lo ha hecho recientemente. Todo, incluso la extraña desaparición de Kiriko, parece apuntar a una especie de secta emergente dirigida por alguien llamado Amigo. Lo más inquietante de todo es el símbolo que usan, uno que Kenji y sus amigos usaban hace más de 20 años.
Aunque parece que la trama es de alguna manera sencilla, nada más lejos de la realidad. Pues Naoki Urasawa enrevesa la narración de una manera brutal. Hay innumerables flasbacks, varios saltos temporales, una fuerte adoración e influencia a la ciencia ficción así como a la cultura friki y pop. Pero también aborda temas más controvertidos como el bullying, acoso, adicción a la bebida y el juego o la gentrificación entre otras. Todo ello conjugado perfectamente en la historia.

Bien es verdad que al principio, y muchas veces bien avanzada la trama, todo parece un galimatías. Pero lo que es indudable es que Urasawa tiene todo milimétricamente medido y sabe usar perfectamente las herramientas de narración del suspense. Buena prueba de ello son esos cliffhanger que se marca en prácticamente cada capítulo, pues ninguno deja impasible pero también es verdad que muchos ellos son trampas argumentales hábilmente empleadas.
No es lo único que hace grande a esta obra. Pues si hay algo que consigue atrapar en 20th Century Boys son sus personajes. Todos tienen su patrón psicológico muy marcado, sus aristas, su humanidad. Lo bueno es que no juega a que todos ellos tengan que pasar por un arco de redención o de cerrar sus asuntos pendientes. Y es que si todo hubiera sido así probablemente habría lastrado el computo global del manga.

El dibujo corre a cargo del propio Naoki Urasawa, quien con un estilo más acercado al seinen narra genial visualmente la historia. A muchos puede que le parezca un trazo bastante simple el usa para los rostros de los personajes, no en vano puede que sea lo menos elaborado. Pero el resto del apartado gráfico es soberbio. Se aprecia claramente en esos fondos, que parecen ser fotografías de los lugares que se quieren mostrar. Tampoco puedo pasar por alto el diseño del vestuario de los personajes, un punto donde demuestra un gran gusto plasmándolo.
Cabe recalcar que Urasawa es un gran fan de los mechas, y eso es volcado en 20th Century Boys. Esto no solo es plasmado en el dibujo con unas ilustraciones que quitan el hipo, sino que hay más de un capitulo entero dedicado a este género japonés de robots gigantes. Y es que se aborda desde una perspectiva real e increíblemente tan bien documentada que llega a ser verosímil a unos niveles inusitados.

Centrándome ahora en la edición española, Planeta Comic la recogió hace relativamente poco toda la colección en 12 tomos. Esto incluye 21st Century Boys, el final definitivo de la serie donde se esclarece todo completamente. Pues durante mucho tiempo tuvo un cierre algo críptico y atolondrado. Afortunadamente ese ultimo tomo en formato kanzenban (como el resto de la colección española actual) resuelve de manera satisfactoria toda la obra
Volviendo ahora a la obra en sí, considero que 20th Century Boys es una obra imprescindible del manga. Da igual que no te convenza demasiado el argumento, has de leerlo. Merecerá la pena, me hago cargo.
Guion: 9
Dibujo: 8
Nota Cómics y Birras: 9
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